miércoles, 4 de agosto de 2010

Melancolía Otoñal

Melancolía otoñal
(Carta melancólica en choque contra vicisitudes cotidianas)





A Iván, para uno de sus largometrajes (Las chicas que escribían a sus ex).

Creo en la nobleza de la cuestión. Aunque me pregunte sendas veces si es tan noble extrañarte. Puedo jugar algunos papeles que no me corresponden con más de una persona que no me corresponde, con el único fin de deducir una idea que no me conduce. Y es solo que no me conduce. Al menos si me condujera a un callejón sin salida… estaría feliz.

¿Sabés cuántos pensamientos inútiles y no tan vacíos llegan a mi entrecejo en una hora? Quizás te limites a reflexionar arduamente una milésima de segundo. Es precisamente esa fracción de tiempo la que ejecuta una guillotina que me condena a extrañarte.

Entiendo perfectamente cada excusa expuesta, cada reproche abofetado y cada desprecio engendrado, pero estos soplos de viento de nada me sirven en una tarde de otoño.

Entender no es lo que pretendo. Solo pretendo alcanzarte. ¿Y dónde estás? Lejos. ¿Por qué? Es la circularidad de la cuestión: siempre volver a los factores, a las ramas del árbol que entretejieron este final poco esperado. Al menos por mí.

No se si esperarte, no se si dejarte porque sí. La verdad es que el tiempo no me pesa y nada me cuesta acariciarte en un sueño, o mirar tus fotos, o buscarte entre la multitud de un tren. Nada me cuesta recordarte.


eze. - Cartas breves para largometrajes.

2 comentarios:

  1. y somos unos cuantos que cuando extrañamos a algo, podemos llegar a relacionar hasta una sopa con esa persona.

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  2. ufff... entiendo lo que decís. pero el "algo" conviene reemplazarlo por "alguien". el resto, sí, todo se relaciona por una suerte de sugestión.
    la mente es sabia y la memoria es tartamuda en sendas oportunidades.

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