martes, 30 de junio de 2009

7 líneas de Negación





"Buscar lo que es verdadero
no es buscar lo que es deseable"
Camus, Albert


Estimado lector: de madrugada brotan mis palabras. Podríamos suponer, ambos, usted y yo, que es la soledad nocturna con la tranquilidad y el silencio, la atmósfera ideal para un joven aficinado a la escritura. Pero no tengo derecho a detonar su aburrimiento. No esta vez. Aunque se entrecrucen las palabras para condensarse y manifestarse en lo inentendible y en lo ininteligible, me esforzaré para ser claro en una narración que no supere las siete líneas de este papel.

Nunca fue algo más que un soñador nefasto, descreído y huraño. Ella, en cambio, fue una soñadora nefasta, descreída y huraña.
Descubrió descreído, el enorme peso de un nefasto "No" a sus espaldas y, huraño de semblante, sufrió hasta la médula su conflicto sin arrojar una gota salada al viento. Ella jamás sospechó esto siquiera.
Concluyó, con un vaso de whisky, sepultar esas ideas corruptas debajo de una sonrisa, solo para derruir (sutilmente) el riesgo de distancia.

Increíblemente, lector, he diseñado en siete líneas exactas la realidad de esta noche. No se qué sucedió con mi racionalidad, sinceramente no lo se. Los ruidos de la noche me tornan irascible, igual que tus palabras.
Ya he tomado mis cabellos y he jalado fuerte de ellos, solo he conseguido soltar una sonrisa de resignación ante la claridad del asunto.
¿Velar por ti y por tu dialogismo interno de rechazo general? Disculpe, compañero lector, disculpe mi visceralidad, disculpe a este joven lector y escritor negacionista. En el relato explayé su diversión y su respuesta, el resto es asunto menor.



Ezequiel - Siete líneas de Negación (Reflexiones de la negación). 2009


PD: uno debe saber involucrarse en roles que no le pertenecen. Gracias mi amigo.
Eze.

jueves, 25 de junio de 2009

Correspondencia




Corresponde escribir, corresponde. He aprendido a escribir, según lo devela mi notificación universitaria. Al menos di mi primer paso. Semiología, semeios... signos lingüísticos. Corresponde escribir, corresponde derramar la alegría sobre mis dedos y dejar que caigan con ahínco en cada tecla que deseen presionar. Cuánta satisfacción, cuánto despliegue y cuánto camino falta aún por recorrer en este mundo fascinante de palabras. Y por cada una de ellas, (que se depoje de mi racionalidad y preconsciencia), un significado. Por cada significante, un significado. O dos. O tres. Escribo con ese objetivo, la diversificación de la opinión y de la interpretación. Publico con el encadenamiento a lo expuesto, la posibilidad casi infinita de acceso. Es menester aclarar: necesariamente, para la buena lectura, respetar la puntuación que le doy al texto

En esta madrugada, con una sonrisa incomparable, comparto mi alegría con un texto breve, acompañado de un cigarro y la 35º sinfonía de Mozart en Re majeur.


Reflexiones de la negación

Permanezco, inmóvil, sentado en el sillón amplio, borgoña y aterciopelado. La cabeza en alto para distinguirme frente a la nada, puesto que me encuentro en soledad. Solo el salón inundado de tempestades literarias y yo, a media luz. Observo la nada a través del ventanal, permanezco inmutable y soberbio con mi cabeza en alto y con los ojos inyectados de cinismo. Mi perfume, que se mezcla con el aire viciado, me abriga de recuerdos y me golpea de manera impropia, impredecible. Pero... nadie ni nada lo notará. Estoy a salvo. Permanezco con mi cabeza en alto, el mentón en paralelo con el estúpido suelo limpio de piedad y el segundero a mis espaldas que milita por una profunda agonía temporal, como si sentenciase con cada segundo, la perpetuidad del suplicio. El tiempo. Tan solo detenerlo con una mirada y con la simpleza de tal acto, detener el murmullo de todas las voces que me sofocan, acallarlas, serenarlas. Por un instante eterno en el "no tiempo" detener su llanto y no el mío, que es invisible y no existe siquiera. Permanezco inmutable ante la imposibilidad de tan bella empresa, no me desespera, no me provoca ansias, ni angustia, ni locura ni nervios ni apuro ni lágrimas ni congoja ¡ni nada!, puesto que sería un despropósito y la vida... mejor dicho: mi vida, no ha sido elaborada para aquello.


Ezequiel - Reflexiones de la negación. 2009

(y la sonrisa ha desaparecido)

domingo, 21 de junio de 2009

Entre la canción y el resto




Desazón. Podría limitarme a escribir y describir tal estado anímico individual para componer algún párrafo adecuado a este domingo. Podría y debería, pero no me atrevo a dejar sola la soledad, sentada en una hamaca con su muñeca de trapo sobre la falda, balanceandose sin despegar los pies del suelo. Su cabello negro, su vestido y su identidad. Las hojas secas que yacen quietas y empapan la tierra con su color otoñal.
Tanta belleza no es digna de ser olvidada, ni relegada a su suerte. Es lo que sucedería si me alejo para hablar de mi desazón, solo (creo que) derramaría una lágrima, sonreiría mirando la última hoja seca que renovó el suelo y seguiría inmutable su suave vaivén en el columpio.
Pero es dicotómica la aventura, la razón y la pasión.
Debería explicar, querido lector, porqué me encuentro con la duda. Por qué he llegado luego de largo naufragio a la pregunta: ¿de qué se trata este juego?. Una cosa, lector, es lo que debería hacer, otra muy distinta es lo que estoy dispuesto a hacer. Este juego es, sin lugar a dudas, un juego inconcluso en el que no encuentro un ganador ni un perdedor. Ni siquiera un empate. Lo cual me lleva a catalogarlo de absurdo y, como tal, el inconveniente radica en no comprender la finalidad, si es que presenta alguna, ni comprender la acción ni la voluntad de jugarlo.
Se entrelazan la razón y la pasión y es un grave problema de índole humana. ¿Esperar? ¿Sucumbir? ¿Y si espero una quimera o un espejo de colores? ¿Y si caigo antes de tiempo? Toda proyección incierta de futuro con expectativa, genera dudas para la elección más correcta. Miedo al error. Miedo al fracaso perpetuo. Miedo, miedo. Infalible condición para ser humano.



-No, no se. No me parece tanto. Pero es normal en quienes creen la mentira del amor. Amor... ¿sabés? es el peor invento de la humanidad. De todos modos, ánimos, la tecnología lo superará en algún momento, así sea con técnicas nefastas o bien, imperceptibles. El amor y su perpetuidad quedará subyugado al hedonismo generalizado de estos días. Una cosa, si, si estás decidido a esperar... entonces empezá por borrar las ideas de: "tiempo de ausencia" sumado a "distancia" no son la mejor combinación. Entiendo que seas terco, pero también pensá un rato de tu desayuno, en vos. Querer sufriendo es una cosa y sufrir queriendo es otra. Dale, levantate que ya llegó la profe.


eze. - Entre la canción y el resto. 2009